Los sistemas de disipación de energía permiten disminuir la energía mecánica. Pare ello la energía mecánica deberá transformarse en otro tipo de energía.
Los frenos son los elementos más habituales de disminución de energía. Su funcionamiento habitual consiste en transformar la energía mecánica en calor mediante un rozamiento forzado entre elementos preparados para ellos.
En los frenos de disco los elementos que rozan son por un lado un disco de acero y por otro unas pastillas recubiertas de un material con alto coeficiente de rozamiento llamado ferodo. En el proceso de frenada, ambos elementos se calientan mucho. El disco está taladrado para disipar la energía calorífica. Cuando el ferodo se gasta el freno hace un chirrido característico producido por el roce entre el acero del disco y el acero del soporte del ferodo. Si sucede eso, deben cambiarse las pastillas ya que la frenada es mucho menos eficaz. Las pastillas se aprietan contra el disco normalmente mediante sistemas hidráulicos ya que estos sistemas permiten desarrollar fuerzas muy grandes. En las bicicletas las hay hidráulicos o mediante tensión de un cable, mucho menos eficaz.
Los frenos de tambor son menos eficaces que los de disco. El rozameinto se produce entre un tambor y unas zapatas recubiertas de ferodo.
Los frenos ABS (seguridad antibloqueo) es un automantismo de seguridad presente en muchos vehículos. Si al frenar la rueda se bloquea, el vehículo puede perder la dirección ya que una rueda completamente parada, no obliga al movimiento en una dirección. Cuando este sistema de seguridad está presente, el coche reconoce el bloqueo y como consecuencia se suelta instantáneamente el freno para que la rueda vuelva a girar un poco y así mantenga la dirección del coche. El conductor nota un taca-taca producto de ese conectat-desconectar automático del freno. Cuando el sistema no está presente, el conductor debe realizar la acción voluntariamente levantando y pisando el freno de manera sucesiva.
Los frenos eléctricos lo que hacen es conectar un generador eléctrico al sistema que se quiere frenar. De esta manera la energía mecánica de la máquina se transforma en energía eléctrica que se puede almacenar en una batería
La suspensión de los coches hace que las ruedas puedan quedar en contacto con el suelo aun cuando este es irregular o cuando se está produciendo un giro. Pero los sistemas de almacenamiento de energía, como los muelles o las ballestas, devuelven la energía casi por completo cuando cesa la fuerza. Como consecuencia, las ruedas quedarían oscilando, se perdería adherencia con el suelo y la conducción sería peligrosa. Los amortiguadores son sistemas de disipación de la energía almacenada en la suspensión para que esta no oscile. Normalmente esto se consigue con cilindros rellenos de aceite. Cuando observamos que un coche oscila después de un bache rebotando varias veces, los amortiguadores deben ser reparados.